Conclusiones:
Se ha impuesto en nuestra sociedad la idea de que es conveniente dictar normas de excepción para los indígenas, con el fin de "protegerlos", entendiendo por protección el no brindarles posibilidades de desarrollo y optar por participar en igualdad de condiciones en la sociedad en que se desenvuelven, sino que desarrollar una política limitativa de sus derechos, de exclusión del resto para guarnecerlos, configurando una postura segregadora y paternalista que considera a los indígenas distintos del resto de lo chilenos, más débiles e incapaces, dignos merecedores de la exclusión de las oportunidades no permitiéndoles la posibilidad de elegir su propia forma de vida, no es falso que comparativamente los indígenas están en desmedro en contraste con el resto de la sociedad chilena y esto debe cambiar igualando las condiciones de estos con el resto de la sociedad que configura nuestra nación. Las políticas no deben estar abocadas a petrificar formas de vida, ni métodos de producción. Y que queda de manifiesto en la ley indígena, en la que se indica que para ellos la tierra es el fundamento esencial de su existencia y cultura. Estos patrones culturales, que incluso quedan expresados como correctos en la ley indígena, perjudica a quienes se sienten orgullosos de sus raíces, pero quieren otra forma de realización. Forzando a los indígenas a ser campesinos o ganaderos, y de no ser así abandonar su identidad. Dejando en un desamparo casi total a los indígenas urbanos orientando gran parte de la política al mundo rural. Incluso me permito indicar que los que impulsan estas políticas paternalistas subyace una perspectiva racial de "ellos" y "nosotros", donde ellos están sentenciados, por su naturaleza a seguir agricultores o ganaderos de por vida, olvidando que la mayor parte de la población chilena es hija del mestizaje.
Solo una política de respeto y convivencia con la sociedad en su conjunto podría solucionar su problema de marginalidad y pobreza. Rescatando que debiese existir apoyo a las expresiones culturales, pero resguardando a que cada uno es quien decide sobre su futuro. De esta forma el respeto garantiza también las aspiraciones de quienes busquen convenir formas especiales de realizar actividades culturales, sociales y religiosas. Lo que no es aceptable es la generación tecnócrata de políticas ¿o caso la pobreza distingue entre un tono de piel, o entre un apellido u otro? Por esto debe evitarse que se constituyan normas de segregación del resto de la sociedad. Todo esto no desconoce la necesidad de reconocimiento de los pueblos indígenas como elemento esencial de la realidad actual de nuestra sociedad ni tampoco niega o desmiente la deuda histórica del Estado por las atrocidades que amenazaron con borrarlos del mapa. Esta es una tarea que la sociedad en su conjunto debe abrazar para de esta forma configurar una nación tolerante con nosotros mismos.
1 Censo 2002 en Gobierno de Chile (2004): "Política de Nuevo Trato con los Pueblos Indígenas"
2 Ley publicada en el año 1966 y que crea el Departamento de Isla de Pascua en la Provincia de Isla de Pascua, fijando normas para la organización y funcionamientos de diversos servicios públicos. Entre otras medidas.
3 Censo 2002 en Gobierno de Chile (2004): "Política de Nuevo Trato con los Pueblos Indígenas" y CASEN 2000 en Valenzuela F., Rodrigo (2003): "Inequidad, ciudadanía y pueblos indígenas en Chile"
4 CASEN 1996 y 2000 en Valenzuela F., Rodrigo (2003): "Inequidad, ciudadanía y pueblos indígenas en Chile".
5 Pruebas SIMCE
6 CASEN 1996 y 2000 en Valenzuela F., Rodrigo (2003): "Inequidad, ciudadanía y pueblos indígenas en Chile".
7 Como veremos mas adelante, el desarrollo de la población indígena rural también se ve afectado por el enfoque que han tenido las políticas que se han implantado. Además la población indígena urbana no es reconocida como tal, como veremos en la segunda parte.
8 CASEN 1996 y 2000 en Valenzuela F., Rodrigo (2003): "Inequidad, ciudadanía y pueblos indígenas en Chile".
9 Tal como debe de ser resuelta la abismante desigualdad en la distribución del ingreso, que conlleva que la población más pobre de nuestro país sufra, aunque en menor medida, los mismos flagelos.
Bibliografia:
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